Otoño

Con la semana iniciada a paso cambiado, el puente se acabó y el otoño apareció, y vaya si lo hizo… Cayendo chuzos de punta por todas partes, los planes tenían que acoplarse a “lo seco” y a marchas forzadas.

A buscar desplomes!! Que allí no te mojas ¿?

La primera consecuencia del temporal: la salida con la escuela se suspendía (por falta de roca “poco húmeda” y accesible a corto plazo) y la búsqueda de un sector seco y soleado para escalar con el frío previsto al menos con el miembro del equipo (que ya se puede mover por esos lugares donde reina el desplome) adquiría carácter de urgencia.

Cuevon brutal. Aquí la parte izquierda, que alberga un proyecto durito...

Una visita a unos amigos de Zaragoza me convence para ir a visitar la Foz de Zafrané (o la “ponzoña”, como la llaman algunos…) que es una escuelita a media hora de la capital con roca no muy buena pero que alberga una de las mayores cuevas de la provincia y, pese a no contar con muchas vías equipadas de momento (en la cueva), varios equipadores ya han dejado su sello en esta espectacular cavidad a base de muchíiiisimo esfuerzo. Gracias a ellos, el sábado pudimos perdernos, encontrarnos, embarrarnos, e intentar subir alguna vía…, y aunque el intenso frío y viento (muy invernal, como decían algunos) quitaban las ganas al más pintado, se intentó que no fue poco (vamos, que muchos escaladores no había por ahí ese día…, escalando digo).

La prueba del frío que hacía: Hector colgado en chapa 3, sin sentir las manos!

Lo mejor, conocimos un sitio nuevo en Aragón y cultivamos mucha motivación para los proyectos del invierno en el que parecía que ya estábamos metidos.
Esperemos que amaine el temporal y vaya secando todo para salir el próximo finde a por más rocaína con la escuela... Me consta que alguno ya está con el “mono” pasándolo mal… ¡que dure!