Ambiente y dificultad, la esencia de Escalete |
Todo el mundo que escala y lleva un tiempo en esto sabe de qué estamos hablando cuando decimos que en Escalete se "escala de verdad" (escalada auténtica la llaman algun@s), y eso es porque en casi todas sus vías predominan 2 cosas: dificultad técnica y severidad en sus agarres, algo que hace que los paseos verticales abunden poco o se prodiguen con la cuerda por arriba, más aun en algunas vías concretas en las que la "alegría" entre seguros garanticen un rato de navegación hasta que se pueda escuchar el siguiente "clic" de la cinta express. Todo esto combinado ofrece al escalador sensaciones difíciles de explicar con palabras, que se pueden resumir en: pie pequeño, mano pequeña, cinta lejos y paso dinámico...., y cuando lo haces y pillas, o cuando lo haces y vuelas, sientes que estás escalando DE VERDAD, importando poco el resultado ciertamente.
Antonio (14) probando los pasos de Supercanaleta (7b+) |
Este marco ofrecía un escenario muy bueno para la mejora física (fortaleciendo los dedos), técnica (para la colocación de pies), táctica (para los que gustan de escalar a vista y pierden tiempo en "leer" las vías, algo recomendable de cara a las compes venideras...) y psicológica (para los que quieren de verdad mejorar su control emocional y deciden escalar de primeros ESAS vías...).
Diego (16) desmontando Cólico Miserere (7c+), y Hector Pelet, al fondo, flipando en el Sikario (8b+/c) |
Así que allí estuvimos con Diego y Antonio (que se prodigaron al "top-polea" intentando sus objetivos y probando incluso vías que estaban por encima de lo que son capaces de hacer hoy, eh Antuan??), Hector Pelet (en su cruzada por hacer los pasos del Sikario sin yemas,..., y con apuestas de por medio que por su puesto perdio..., pues no queda ni nada, eh?), Hector Praderas, Ivan y Kike Mur (todos buenos amigos y cada uno en sus vías haciendo progresos - o retro-gresos....- jejeje), hasta que los truenos, pero sobre todo la hora que era y la piel (que ya no teníamos) nos mandaron para casa, no sin antes parar a por un buen refollao en Ayerbe, que ya se está convirtiendo en tradición...
Desde estas líneas me gustaría dar las gracias especialmente a Seta, equipador de TOOODA la escuela y restaurador de la misma. Su labor y la de otros (que no nombro por no dejarme a nadie) para acondicionar el acceso al muro del fondo, humanizar alguna vía y mejorar las reuniones es impagable.
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